El hombre conviviendo con la pobreza aunque esté afuera de ella es nada, no tiene destino, es un ser abominable que tenderá a desaparecer como una especie ahogada en su propia mierda.
¿para qué, hacemos naves espaciales, satélites, laboratorios aplicamos ciencia y tecnología tratamos de generar economías exitosas, estudiamos nuevas formas productivas, generamos alimento, bienes, calidad de vida, confort, recreación, cultura?; ¿para qué? para terminar con la pobreza, claro. Debería.
La pobreza, la de los pobres: ese vínculo recreativo por necesidad y por debilidad de la podredumbre del poderoso, del especulador, del nacotraficante y la narcoeconomía, del financista abyecto, el proxeneta, el explotador, el de la trata de personas, el falso político, el falso militante, el falso profeta, la falsa creencia religiosa, el falso estado; Los depravados: ellos, todos, sumados a los decentes inútiles que decimos nada podemos hacer. Todos hipócritas ciegos o anósmicos que utilizan, explotan, pervierten y sojuzgan para generar recursos bienes y servicios de sirvientes hasta carnales a costa de la desventura, la sangre y el padecer humano en estado de pobreza; el esclavo, la ninfa. El sicario. El motochorro, el niño asesino, el reventado. Las pestes y los vicios que alimentan laboratorios.
La pobreza de arriba tiene otra forma otro gesto, otro olor; mas perfumado, otros cuellos, arrugados, colgajos de carne y joyas; cuerpos siliconados, y rostros inyectados con venenos para no tener gestos, estirados, grotescos, con labios como pedazos de riñones. Grasa sobrante por atragantarnos como cerdo. Todos ostentando con gestos de estúpidos arrogantes; todos pobres gritones indignados, mintiendo, engañando, tergiversando la realidad; chusmas superfluas justificándonos, los unos a otros echándonos culpas, desgarrándonos vestiduras mientras guiñamos el ojo. Todo ello, delante de la mismísima cara de ellos, los pobres de abajo, que a su vez, en lo grotesco de su felicidad se regocijan bobamente con las migajas que caen de la turbulenta discusión entre los depravados de arriba; y deleitándose con las imágenes de ex-pobres que salieron de su propio charco de basura, exitosos y exultantes que terminan poco después su vida con sobredosis o suicidándose, o trabajando de fenómeno en algún circo de programas televisivos, por no saber que hacer con tanto dinero y con tanta mierda acumulada en el escaso cerebro que les queda por su mediática y desesperada forma de subsistir.
Exterminar, destruir, aniquilar volatilizar, destrozar. odiar y aborrecer a la pobreza; desde las entrañas. Es cáncer, muerte. Por que si no la erradicamos , no hay proyecto de vida, ni modelo ni ideología ni progresismo ni humanismo ni capitalismo responsable, ni socialismo ni comunismo. Nada. Nada de nada. El hombre conviviendo con la pobreza aunque esté afuera de ella es nada, no tiene destino, es un ser abominable que tenderá a desaparecer como una especie ahogada en su propia mierda.
Todos somos pobres, todos.
Ruben Bassi
Ruben Bassi
Creo que hay que hay una relación entre pobreza y despilfarro. Despilfarro en el buen sentido, el de ser capaz de derrochar sin andar haciendo cálculos miserables. Por eso, uno que es peronista, por supuesto que está de acuerdo con un modelo basado en el mercado interno y el fomento al consumo. Pero hay que tener cuidado, de no hacer de eso un fin. Tiene que estar subordinado a una instancia de decisión, no-computable por el cálculo, de exceso, que sobrepase el egoísmo y que ponga el consumo al servicio de la felicidad del pueblo. El crecimiento por el crecimiento mismo es una porquería.
ResponderBorrarGracias por tu comentario, Tromen.
ResponderBorrarruben