es ese granito de arena que forma un desierto, junto a las rocas
Hay una cierta amargura en aquellos militantes
del mundo que vieron en estos últimos 20
años como las grandes revoluciones de
cepa socialista troncales, tanto soviética como China, terminaron amparando lo
que combatieron: las élites, lo burocrático, el poder centralizado, la
descarada medida de la opulencia para mostrar el éxito individual.
Lo mismo con sus derivaciones, que ancladas en un discurso antimperialista pusieron en tela de juicio el equilibrio entre las libertades individuales
y colectivas de permitir decidir o no
acompañar el rumbo de una acción de
gobierno con pleno goce del derecho intelectual y de pensamiento; sea en
forma filípica, graciosamente latina, como
el caso de Cuba y Venezuela o en forma
violenta y autoritaria tal cual lo hacen
en forma descarada Corea del Norte y algunos países Africanos con dictaduras
encubiertas y sangrientas.
El capitalismo tambien sufre su propia crisis de identidad político-social; peor, se transformó en un gigante
financiero que solo busca vivir de los propios capitalistas que
producen bienes y servicios. En vez de incentivar el reparto de oportunidades y desafíos, se
concentra en promover en forma desquiciada entidades financieras y bursátiles
tendientes a depredar esfuerzos de emprendedores, empresarios y trabajadores, que a su vez, se ven obligados
a vender sus creaciones cautivados por la maquinaria perversa de reproducir
dinero de la nada, envenenándolos con la dulce panacea del vivir de rentas e
intereses de por vida.
Particularmente No estoy desilusionado ni con uno ni con el otro sistema. Ambos, socialismo y capitalismo convergen en un camino estrecho y sinuoso que conduce a la nada.
Ambos sistemas sucumben a los vicios, la droga, a la atomización del pensamiento, a la simplificación de la vida dentro del marco de un esquema económico, a la adoración de lo material, sea para crear una colmena activa con reinas y zánganos gordos y glotones; o un individualismo a ultranza sin sentimiento, catalogando al prójimo o al conjunto por su capacidad de producción o tenencia de recursos y hasta armamentos y ejércitos.
Se ufanan de su potencia en desfiles armamentísticos. Sus falos explosivos.
Estoy
convencido que el Estado debe ser reformulado, eliminando el sistema presidencialista y toda cuestión que permita una supra posición y suma del poder
Abogo por un parlamentarismo federal, como también por recrear un sistema moderno
unicameral legislativo que funcione los 365 días del año y un poder judicial
dinámico con tecnología informática de avanzada, principalmente destinado a
simplificar y dinamizar sus formas de
seguimiento administrativos, con jueces
con los ojos abiertos que no especulen con la propia ineficiencia del poder que dicen
representar tapados de expedientes y causas; Esa enormidad de causas, que en los días de su
vida podrían leer.
La burocracia es quien termina propiciando el mayor de los desórdenes.
El mundo del humano es un universo en si mismo, a medida que sus habitantes se comuniquen cada vez
más entre sí, dará el paso para ser conducido
por un nuevo paradigma que valorizará la solidaridad como una forma de conciencia superior
y filosófica lo suficientemente amplia, para contener ordenar y distribuir
la enorme potencialidad en lo tecnológico, científico, artístico
y espiritual; y que hará entender más profundamente que la pobreza es genocida y el hambre una forma de exterminio.
No es
una utopía, es una realidad. El hombre
actual solo encuentra la salida de los mayores flagelos de la humanidad tales
como: el hambre y la pobreza, la soledad, la
depresión individual y colectiva, los psicofármacos
y las drogas ilegales, a través de brazos y corazones organizados que
le tienden su mano.
Es posible comenzar a ordenar y realizar el sueño del
hombre libre:
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