La imperceptible variante.



1 de enero de 2015,  principio de la vuelta cuatro mil setecientos millones y cientos de miles más  alrededor del sol. ¿ Mucho, poco? Nada. La cuarta parte de la vida de este universo. Nada. De seguir otras tantas órbitas, ¿qué seremos?, o mejor: ¿dónde estaremos, nosotros, los pequeños efímeros, en el incalculable  espacio del todo?
La música, sueños, las esperanzas, todo desaparecerá y volverá a renacer a través de ella, la muerte.

¿La muerte?, un descanso casi eterno, casi. Un sueño, dormir. Hasta que todo vuelve a repetirse, todo; y nos despertamos como todos los días de cada día de las tantas vueltas,  una y otra vez, con imperceptibles variantes en cada nueva vida. 

Quizás, no lo sé, pero me imagino variantes; y en cada volver a estar, igual a cuando nacimos mil millones de veces en cada despertar, algo imperceptible sucede, que cambia toda la ecuación de la continuidad de nuestras vidas.

Sé que esto no sirve para paliar y morigerar el sufrimiento de alguien, pero sospecho que con solo haber mencionado esta idea, en estos momentos; y en los momentos que un ser con razón de la conciencia lea estas líneas, una molécula de lo imperceptible habrá nacido. La variante. La imperceptible variante que teje la trama.

- ¿Volveremos a vernos?, ¿ te recordaré?
- No lo sé, pero allí estaré, en algún momento. 

Ruben Bassi.





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