"El viajero"
-
Nací en esta casa que pertenece a
mi familia desde hace más de ciento cincuenta años. Usted me dice que es raro que yo no conozca a
mi vecino. Raro; No sé qué le ve de raro Inspector.
En esta ciudad nadie conoce a nadie… lamentablemente. Más, le digo,
nadie conoce siquiera a quien convive
con uno… ¿usted es casado?
- No, soltero.
- Bueno, yo también, así que no
nos podemos poner de ejemplo en eso de conocer o no con quien convivimos
- Me informaron que usted vive
con una persona…
-
Si, doña Julia, mi ama de llaves
y cocinera.
- El relevamiento que hizo el departamento de policía dice
que usted vive con una persona llamada Gustavo Morlison.
- No, es así, exactamente. Solo Doña Julia.
- Aquí dice que Gustavo Morlison vive aquí.
- Pero yo le digo que aquí no vive ningún Gustavo Morlison
- Dígame su nombre completo, Por Favor
- Benjamín Morlison
-
Ajá, sí, Morlison.
- Sí, Morlison… Oiga ¿Cómo me dijo que se llamaba Usted
señor?
- Fernando Mansini. Inspector…
- Inspector “Manchini”
- Mansini, con la letra ese, no
con ce hache, con ese. Mansini, como
suena – aclaró con énfasis -
- Mansini. Bien,
me suena su apellido. Bueno
Mansini, lo veo con ganas de seguir preguntando… y pase por favor, disculpe mi
descortesía. ¿quiere algo para beber?
- Gracias, muy amable. Solo
estaré unos minutos. Un vaso de agua le acepto.
- Todo el tiempo que quiera
Inspector, estoy de vacaciones y no tengo ganas de salir de mi casa, hoy… ¿Quiere un refresco, una gaseosa mejor?
- No, no, está bien. Agua fresca.
Hace calor…
- Si, una primavera realmente calurosa… tome asiento por favor, póngase cómodo, haré
que le traigan agua fresca para beber, ya regreso…
El inspector Mansini recorrió con la mirada cada punto del
espacioso living. Ni una foto, ningún cuadro. Las paredes blancas, de un blanco
inmaculado, apenas tres sillones de cuero
color negro, antiguos, frente a
un televisor; y una mesa ratona con revistero. Dos ejemplares de revista de la NASA, lo más destacable del lugar. Entró en la sala
una mujer joven con una bandeja en ambas manos.
- Buen día señor, le sirvo su
agua.
- buen día, gracias
- ¿desea algo más señor?
- Está bien así, señorita ¿su nombre?
- Clarisa. El señor me pidió que
lo disculpe un minuto, está en el toilette, ¿se le ofrece algo más Señor?
- No, está bien. Dígame Clarisa,
¿hace mucho que usted trabaja aquí?
-
diez años señor.
- ¿vive en esta casa?
- No señor.
Benjamín Interrumpió la conversación con su irrupción
en la sala. Portaba una sonrisa en su rostro distendido.
- ¿quiere que le traiga algo
Benjamín? –
-
No Clarisa, gracias y dile a Julia que almorzaré aquí en la casa, no
saldré hoy. ¿Quiere almorzar conmigo Inspector?
- Tengo un compromiso al
mediodía, le agradezco la invitación.
- Permiso, señor – dijo Clarisa
ofreciéndole una sonrisa al Inspector
-
Enorme esta casa. Estimo que hay más personal aquí para mantenerla tan
pulcra.
- Sí, claro, además de
Clarisa, Doña Julia mi cocinera que en
estos momentos fue de compras para el almuerzo
y Pascual, mi jardinero. Puede conversar
con ellos cuando lo desee, si quiere los
reúno en instantes…
- No, no, ahora no, dígame si
mañana a las diez pueden atender a mi asistente, será ella quien hablará con
ellos, se llama Beatríz.
-
Claro, le avisaré a todos, despreocúpese.
-
Gracias. ¿Le gusta la ciencia
espacial?
- Si,…claro. ¡ah¡ ¿Usted lo dice
por las revistas?… es interesante el tema; y más cuando es sobre civilizaciones
primitivas…
-
¿A quiénes se refiere con eso de
civilizaciones primitivas?
-
A las del pasado remoto, ¡claro¡
- ¿El pasado? Este es el
presente nuestro - dijo el inspector señalando la revista con la mirada
- , es más, diría el futuro…
- Sí, claro - El futuro. Andar es viajar en el tiempo, inspector
- Así que aquí no vive
ningún Gustavo
- No. Venga, acompáñeme al
jardín, quiero mostrarle algo.
Salieron hacia la parte de atrás
de la enorme casona que comunicaba a un
parque esplendido, amplio y bien
cuidado, con fuentes de agua, macetones,
estatuas y esculturas diseminadas entre una
variada arboleda.
- Venga Inspector mire aquí -
dijo Benjamín, al cabo de caminar unos
cien metros por el sendero de piedritas rojas,
señalando el tronco de un enorme nogal - ¿ve?, mire – el árbol mostraba una talladura de aspecto
añoso: “ Gustavo Morlison, viajero” –
- Así que Gustavo Morlison, sí vivió
aquí; un antepasado suyo
- Mi bisabuelo
- “El viajero”, todo un apodo.
- Cierto. Su vida la consagro a
viajar, en lo que sea que lo transportara, barco, avión, globo carruajes,
trineo a caballo... Supongo que esté
donde esté seguirá viajando todavía.
- El espíritu de un viajero nunca
descansa.
- Nunca muere.
- Es cierto señor Morlison.
Siempre quise salir a viajar, ¿sabe? Sí.
Si Dios lo permite el año que viene me retiro de la fuerza, me jubilo. Me compro una moto poderosa, alforjas llenas
y salgo a las rutas – dijo Mansini mientras tocaba la talladura visiblemente
antigua hecha a cuchillo en el tronco del nogal –
- ¡ah¡ le gusta viajar¡ “ Un
hombre que no viaja aunque sea en sueños es un mequetrefe” decía “el viajero”.
El humano es viajero por naturaleza, una
cuestión genética. Si no viaja se pone huraño, malo. Boludo – reflexionó
Benjamín.
- Siempre lo soñé- dijo el
inspector con paz en su voz. Mientras se
sentaba en un viejo banco de gruesa madera -
desde niño. Viajar, investigar…
bueno, al menos comencé por investigar,
me hice policía. Mi padre era policía, detective, muy bueno, una leyenda en la
fuerza; y seguí sus pasos. Lo admiraba y lo sigo admirando, un gran detective.
Fue el que resolvió el caso de ese asesino serial famoso, no sé si Usted lo recuerda… “El escorpión”…
-¡ah¡ sí¡ “El escorpión”. Leí
sobre el tema. Tremendo, cincuenta muertes. ¡ y quién diría, el propio
Presidente de la nación, un asesino despiadado.
- Sí… ¿y usted qué hace, cuál es
su ocupación? – Preguntó abruptamente Mansini -
no pude deducirlo todavía, no descubrí ningún indicio, su casa, su
porte, no me revelaron nada…
- Soy también investigador,
arqueólogo, para ser más preciso.
- ¿y donde ejerce?
- Particular, por mí cuenta. Soy un hombre adinerado pero de gastos sencillos.. Gracias
al “viajero”, descubridor de tesoros;
luego a mi abuelo y después a mis padres. Ellos amasaron una enorme
fortuna. Vivo de rentas y dedicado a la
investigación. No tengo hermanos y mis
padres supuestamente murieron en un accidente en el Perú cuando yo era
pequeño, andinistas, escaladores. El
hermano de mi abuelo murió solterón, así que todos los bienes de la familia
quedaron a mi nombre.
- ¿Supuestamente?, entiendo por
ello que desaparecieron y nunca encontraron sus
cuerpos…
- Así es, nunca.
- Lo siento, debe ser terrible
vivir con ese recuerdo de sus propios padres desaparecidos.
- Si, terrible .Todavía los
busco… mejor dicho, estoy muy atento a
toda noticia de cuerpos encontrados. De vez en cuando viajo hasta allí,
tratando de acertar el día…
- ¿Cómo es eso de acertar el día?
- Digo por el tema de los deshielos…
- ah, sí, los deshielos. Han
encontrado cuerpos desaparecidos y congelados
hasta de tiempos remotos.
- Cambiemos de tema. Por favor inspector…
- Sí, disculpe si lo incomodé con
mi comentario
- No se preocupe. Ahora, respecto a su investigación criminal,
la victima de la casa vecina ¿fue muerte natural? ¿Se sospecha homicidio?-
preguntó Benjamín seriamente -
-
Homicidio, Muy violento. Descuartizado.
- ¡Terrible¡ Esa casa
pertenecía a la familia Urquiza, o pertenece, no sé. De los Urquiza sí me acuerdo. Buena gente. La casa permaneció cerrada por muchos años,
bien cuidada, eso sí. ¿Era el propietario a quien asesinaron?
-
La propiedad está a nombre de un fideicomiso, “ Inver-time”.
- Hubo una Urquiza que se casó
con un Achaval, Teresita, muy linda mujer, esto hace más de ochenta años,
imagínese, este pobre hombre podría ser su hijo o su nieto, o inclusive
bisnieto no sé…
- Posiblemente. Bueno, Benjamín,
me tengo que retirar. Gracias por su
amabilidad y sus datos. Le dejo mi tarjeta. Si sabe de algo más no dude en llamarme. ¿Se quedará por aquí,
usted?
- Posiblemente viaje, no sé, pero por estos días sí,
estaré por aquí; y llámeme cuando guste, me agradaría conocer en detalle los
preparativos para su gran viaje por las rutas del país ¡Ya sabe, todo lo
que sea viajar, me interesa. Tengo muchos amigos por las rutas, viajeros, tambien...
- ah¡ el viaje¡, si claro¡
Gracias … Una cosa más, por favor…
-
Si, dígame…
- ¿Cuántos años tiene Usted? –
-
Cincuenta y dos ¿por qué?
-
Por lo de teresita Achaval. Ella se casó, calculo, que hace más de ochenta años
y usted ni siquiera había nacido… y por cómo se expresó respecto a su belleza me dio la impresión que
usted la conocía.
- ah¡ sí claro – Benjamín se perturbó ligeramente -
recordé un comentario de mi tío abuelo Humberto, el hermano de mi abuelo, el solterón que le conté.
- sí, que falleció…
- Ese mismo. En realidad era un Playboy, de farra en farra toda su
vida. Escuché un comentario sobre la belleza de Teresita de su propia boca cuando yo era más joven…
- Ajá… que interesante. ¡ y qué
buena memoria¡ - Dijo el Inspector
clavando su mirada en los ojos verdes de Benjamín Morlison –
- Si, fundamental, la memoria, y más para recordar por donde uno anduvo. Imagínese, un viajero sin memoria es como una cámara fotográfica sin rollo - Un comentario más
inspector, no viene al caso o quizás sí, no lo sé, pero por la característica
que usted me detalló del homicidio debo contarle una coincidencia, quizás
intrascendente…
- Todo viene al caso en un
homicidio, Benjamín…
- hace muchos
años vivió allí una niña, tendría
unos seis años. Hay una historia olvidada. Es sobre
María Pía Urquiza, la hermana menor de Teresita. Cuentan que mataba gatos. Los atraía con comida, los
atrapaba y los descuartizaba en un sótano
de la mansión. La encontraron en
ese mismo lugar de la casa totalmente perturbada en un estado de shock profundo entre pedazos de cuerpos de gatos desmembrados y bañada en sangre. La internaron en un
hospital Psiquiátrico. Dicen que
aún vive allí, muy vieja, ya.
-
Coincidencia macabra, a este hombre también lo encontraron destrozado en
el sótano… Bueno, ahora sí me voy – dijo
Fernando, irguiéndose de repente
con notable agilidad.
- Lo acompaño personalmente hasta
la puerta, inspector…
Benjamín cerró la puerta de la
casa lentamente mientras veía alejarse al Inspector; flaco y
largo como una vara de bambú, de
paso lento y armonioso – Tipo interesante - pensó para sí, Muy
sagaz; y camina como un monje. Tiene andar de viajero
El inspector subió a su auto, le
dio arranque y encendió el aire acondicionado. Se quedó allí unos minutos – Teresita,
pensó, susurrando el nombre – tipo interesante este Morlison, dijo para sí – debe practicar montañismo, sus
brazos parecen hechos de cables de acero…-
Buscó su celular e hizo una llamada-.
- Buen día Beatriz, por favor,
quiero que mañana a la mañana vengas a tomar declaración de tres personas que
trabajan en la casa Morlison; y además que pidas un informe exhaustivo de Benjamín Morlison, cincuenta y dos años; Todo lo que puedas, cuentas
bancarias, actividad económica, actividades académicas y especialmente viajes y
de Gustavo Morlison, apodado “el Viajero”,
bisabuelo de Benjamín
- Bien, Jefe, ¿alguna cuestión
más?
- Sí, anota este nombre, María
Pia Urquiza, hermana de Teresa Urquiza.
Hoy debería tener, si es que vive, más de ochenta años. Fue internada en un
Psiquiátrico a los seis años, aproximadamente. Averíguame la dirección y nombre
del nosocomio. Espero tu llamada. Estaré en la concesionaria de motos.
………………..
- Sr. Achaval, esa Señora sentada en el sillón pregunta por Usted – le dijo el recepcionista
del hotel, señalando hacia una mujer que estaba sentada elegantemente en el
lobby.
- ¿Hace mucho que está esperando?
- Se hospeda en el hotel desde
hace tres días, señor.
- Perdón Señorita, ¿preguntó por
mí?, me comunicó el conserje que usted quería hablar conmigo.
- ¿ Pedro Achaval?,¡ sí, claro¡
- ¿ Pues dígame, la escucho -
respondió Pedro con suma gentileza
- ¿Usted es el dueño de la
mansión Achaval del Boulevard Nicanor , no es cierto?
- Óigame, Usted es muy bonita y está muy bien vestida,
pero entiéndame, no la conozco…
- Si, si claro, disculpe, ¡qué
tonta¡ soy la Doctora Inés Urrutia, represento los intereses de mi cliente,
Melisa Montenegro, bisnieta de María Pia Urquiza…
- ¿De quién? – Preguntó
sorprendido Pedro, dando un respingo – no pude ser, la señora María Pía está
internada en un hospital
psiquiátrico privado desde hace muchísimos años… y ella no, no no... tuvo hijos -. tartamudeó - , por lo
tanto es imposible que tenga ¡ una, una... bisnieta, nada menos¡
- Entiendo su sorpresa Pedro,
pero debo decirle que los estudios genéticos realizados por tres distintos
laboratorios habilitados por el estado
son inconfundibles, exactos. Sumados a los estudios de la abuela y la madre
de Melina, contrastados también y que
acreditan, además, el vínculo con la hermana de María Pía, Teresa Urquiza.
- ¡Dios mío, no lo puedo
creer¡ esto debe ser una broma de mal
gusto – dijo Pedro mirando nervioso hacia todos lados… ¿y Montenegro? ¿Quién es Montenegro?
- El padre de Melisa, el Doctor
Jaime Montenegro un prestigioso
astrofísico. Pedro, Tenemos que conversar de los derechos
sucesorios de mi clienta, Melina Urquiza Montenegro, legítima heredera de los
bienes y negocios de la familia Urquiza, por cierto cuantiosos, y bajo su
administración mediante el fideicomiso Inver-Time . Podemos hacer esto en absoluta resarva, claro.
- Discúlpeme, no estoy en condiciones ni autorizado de conversar con usted de este novedoso y por
cierto inesperado hallazgo, Le informaré de esto al abogado de la familia. Déjeme un contacto – le dijo seco y conciso
- Pedro le tendió la mano con delicadeza
pero visiblemente nervioso.
- Espere Pedro, por favor - la doctora le retuvo la mano extendida con la suya - aquí tiene mi tarjeta; y entiéndeme, si
mañana a la mañana no se pone en contacto conmigo Usted o su letrado,
daré a conocer la noticia por los medios de comunicación, inclusive
publicando las fotografías que en estos momentos nos están tomando como prueba
de nuestro encuentro – Inés observó cómo pedro Achaval mascaba sus muelas,
marcándose en los maxilares el movimiento de sus músculos repetidamente – este
hombre tiene una mirada de asesino, pensó -
-
La invito a tomar un café, ahora,
¿puede Usted?- dijo de repente Pedro, adquiriendo al instante un gesto cordial.
- ¡Pues claro Pedro¡, me parece
bien, tengo todo mi tiempo a disposición
y en exclusividad para mi cliente, Melisa.
- Mi abogado está al llegar en
breves instantes. Teníamos previsto un encuentro en este hotel por cuestiones de trabajo.
- ¡Qué coincidencia¡ Perfecto,
mejor así.
- Sí... que coincidencia... masculló Achaval.
…………………………………
- María Pia, ¿me escucha Usted?
- Sí, lo escucho perfectamente
¿quién es Usted?
- Soy Inspector de la Policía…
- Un detective… Muestreme su placa....
- Sí, claro...
- No, deje, es un chiste, solo para decir la frase de novela: "Muéstreme su placa". Viene por los de los gatos,
¿tanto lío por esos gatos?, además ya lo repetí
infinidades de veces, yo no fui.
- ¿y quién fue?
- Aparecieron de la nada, de golpe,
todos destrozados. Después apareció Pedro.
- ¿Pedro? ¿Cuál Pedro?
- El que vive ahora en la
mansión, ese mismo.
- Ah¡ Pedro Achaval…
- ¿Usted conoce a Pedro Achaval?
- Si, lo conozco…el esposo de mi
hermana Teresita.
- No puede ser, el murió hace más
de cincuenta años. Debe ser otro que vive allí. - Fernando trató de mantener el tono neutral y despreocupado en su voz- supongo que hoy debe ser una persona anciana…
- Bueno, en realidad no sé si está vivo, sí que
desapareció; también puede estar anciano, o no. No lo sé…
-¿Desapareció? Dígame María,
usted, ¿sabe por qué todavía está aquí después de tantos años en este hospital
de enfermos mentales?
- ¡Claro, hombre¡ ¡ porque quiero
quedarme aquí, es mi fachada. Me gusta viajar…
- ¿y a donde viaja Usted? –
preguntó el inspector, decidido a seguirle la corriente.
- a otros tiempos.
- Sí, claro, que interesante-
está loca de verdad, pensó Mansini - ¡A
mí también me gusta viajar¡- le dijo jovial a la anciana con una sonrisa compradora
- Pero no puede todavía, pero
seguramente lo hará; ¡y sospecho que irá
muy lejos, Usted¡ cuando se jubile de
policía , claro - profetizó señalandome con su dedo índice flaco, balanceandolo lento de arriba hacia abajo y haciendo círculos en el aire.
- ¡Vaya, que perspicaz¡ -
- No¡ ¡qué va ¡ me lo contó Benjamín.
- ¿Benjamín Morlison? – a esa
altura su rostro no podía ocultar su perplejidad -
- ¿Pero Usted conoce a todo el
mundo¡ Ja¡ ¡que buen policía¡… Sí, él
mismo, “El viajero” Morlison – respondió -
Fernando Mansini trago saliva.
Miro el rostro avejentado de María Pía -
la edad de esta mujer es indescifrable-
pensó. ¿Pero qué está pasando
aquí? - Benjamin Morlison, Benjamín es ¿Gustavo?
– dijo en voz baja - Tomó su teléfono y
llamó a su asistente – Hola, sí, averiguaste algo más de Benjamín Morlison?
-
- ¡No me diga que conoce a
Benjamín personalmente¡- dijo con alegría María Pia mientras el inspector se
comunicaba con su asistente por teléfono.
- Al bisnieto…
- ah¡ su bisnieto¡, sí, claro –
dijo la anciana entre sonrisitas – ¡que gracioso¡, su bisnieto¡ "el bisnieto viajero", ¡ja¡
-Hola, si Beatriz- Disculpe,
María - ¿tenés algún dato más de Morlison?
- No más de los que ya tiene Usted,
Inspector. Benjamín Morlison, nacido el 4 de diciembre de 1962, en 1974
viaja a los estados unidos luego de la desaparición de sus padres en los andes
del Peru . Es criado por sus padrinos,
dos científicos Canadienses que
trabajaban en la NASA, jubilados. Viven en Montreal. En cuanto a
Gustavo Morlison, no hay registro de su muerte.
- Inspector¡, eh¡, oiga inspector
¡ - María Pia toco el hombro de Fernando
con el bastón.
- ¡ha¡, discúlpeme, quedé sumido en mis propios
pensamientos… - dígame ¿usted y Benjamín
se conocen?
- Si, hace tiempo, somos buenos
amigos; yo envejecí y el no… algunos
viajeros tienen la particularidad de no ser afectados por el paso del tiempo,
envejecen lento, ¿entiende?, otros sufrimos las
alteraciones temporales normalmente, pero creo que eso está por
revertirse con las nuevas tecnologías… dicen que hasta se podría
rejuvenecer… espero que suceda pronto,
no me quedan muchos años…
- Pedro Achaval apareció asesinado hace una semana en el
sótano de la Mansión Urquiza, cortado en pedazos… como los gatos…
- … Sí, los gatos…
ellos eran utilizados en los primeros experimentos, algunas veces fallaba y esas eran las consecuencias, aparecían
desmembrados ¿entiende?
- ¿Sabe Usted
quién mató a Pedro Achaval? – pregunto directo y sin sermoneos.
- Para que sucediera una cosa así
su falta habrá sido muy grave.
-¿cuál falta? – pregunto Mansini
haciendo esfuerzos para disimular su estupor -
- Revelarle al enemigo la clave
de viajero o generar flujos de dinero intertemporal…
- ¡¿enemigos?¡, ¿Qué enemigos?
- Los Rusos.
- ¿Los Rusos?
- O los Cubanos.
- ¨¿Me está tomando el pelo, María?
- No me haga caso, es un chiste ¡siempre
le echamos la culpa a los Rusos ¡ja¡
-
Debo reconocer que me sorprendió. El humor es un síntoma de lucidez...
- Hay locuras lúcidas, Inspector. No podría decirle si ese hombre
fue asesinado o no, pero créame, Usted está muy cerca de saberlo, pero no seré yo quien se lo revele. Deberá investigar...
- Si me voy ahora no la veré más,
¿no es cierto?
- Todo es posible Fernando, Todo
es posible, en el tiempo de la existencia; Pero creo que nos volveremos a ver
algunas veces más; Y no me pregunte más
nada, le diré una sarta de cosas que a
usted le parecerán un relato producto de la fantasía de la locura y que lo
confundirán aún más de lo que está ahora.
- Le haré caso, debo irme, María.
- Yo también me iré. Mañana
tendré una reunión muy importante… Inspector: Sé que Usted no me creyó nada de lo que le
dije, pero sé también que usted sabe que
en la vida no hay que descartar ninguna
posibilidad.
- Si claro, la escuché atentamente. Mi padre me repetía esa misma frase que usted
dijo: “en la vida no hay que descartar ninguna posibilidad y mucho menos si se trata de un homicidio”…
-
“y mucho menos si se trata de un homicidio”, su padre era una mente
llena de preguntas…
- ¿usted
conoció a mi padre?
-
No me haga caso, estoy vieja de verdad,
por favor, estoy cansada - dijo
la anciana con tono misericordioso -
…por favor – pidió con mansedumbre - Un favor Don Fernando… ¿puedo pedirle un favor? , por favor.
-
Está bien, comprendo. Esperaré con ansiedad volverla a ver para poder
seguir conversando sobre esto… Ahora dígame María ¿qué necesita?…
- Gracias, amigo mío, escúcheme, Mi
bisnieta Melisa, cuide que no le pase nada, está en peligro. Ella está a
punto de reclamar su participación en la herencia de mi familia y hay algunos
cabos sueltos en esta trama temporal; y además...
-qué, dígame¡
- Le gusta andar en moto.
……..
Comenzó a llover copiosamente,
el limpiaparabrisas no daba abasto con
el agua que golpeaba el vidrio a baldazos… Viajeros del tiempo, asesinatos
- “No descartes ninguna posibilidad”… “viajar
es andar en el tiempo”, pensó Fernando -
El celular comenzó a sonar insistentemente. Se aparcó en el camino para
conversar tranquilo…
…………………………..
- Así que hay otra heredera, pero
mire Usted Doctora…. ¡increíble ¡
- Así es Doctor
Menendez.
- Mendez, Victor Mendez, Doctora - corrigió el letrado
- Perdón, le entendí mal.
- No importa. De todas formas,
María pia todavía está viva…
- Es cierto, muy cierto. Pero mi cliente insiste en
comenzar las negociaciones ahora, antes de que suceda la muerte de su Bisabuela…
- Negociar qué, Doctora.
-La auditoría que pedirá mi
cliente sobre El uso de los dividendos acumulados de las operaciones
comerciales de la sociedad desde 1892 y
que le corresponden a María Pía, su abuela su madre y por supuesto, a ella. Entendemos que las
cifras superan ampliamente la suma
derivada para el pago de la internación y cuidado de su
bisabuela…
Mendez y Achaval se miraron en silencio. Muy serios,
ellos. Inés se concentró en observar
solo los gestos de Pedro Achaval en ese instante. Denotaban miedo, mucho miedo.
- ¿me permiten? – creo que
necesitan hablar a solas, Iré hasta mi
habitación y regresaré en unos minutos, debo hacer algunos llamados.
-
Por supuesto… la esperaremos aquí – dijo
el Doctor Méndez
-
Con permiso, gracias.
La vieron marchar hacia los
ascensores del loby. – Debemos matar a esa tal Melisa Montenegro, dijo en voz
baja Pedro.
- Calmate Pedro, calmate, debemos pensar fríamente, Matar es
una opción que tiene también el que es atacado y a veces más concreta que la de
quien ataca. Ciertamente estoy más que sorprendido, pero imagínate, que esto
salga a la prensa, justo en estos momentos en que estas involucrado en la causa
por estafa al estado…
- y el comité de ética de los
viajes…
- Sí, el comité; y eso sí que es
muy grave…Ve a tu casa ahora, Pedro, quedate allí y no salgas, yo conversaré
con la Doctora Urrutia para comenzar un arreglo… vete ahora, no te expongas más
aquí; Le diré que tuviste que retirarte
por una urgencia. Yo negociaré la situación
- Correcto, espero tus novedades,
despídeme de esa perra.
- Sí, claro. Ve a la Mansión
y prepara un viaje.
............
- Hola¡ ¿inspector?.¿Me escucha
bien?
- Sí, escucho bien, ¿Morlison?
-
¡Soy Benjamín¡ Supongo que a esta hora usted está regresando a la ciudad
después de visitar a María Pía.
- No te hagas el gracioso,
Benjamín, quiero verte lo antes posible – le contestó tuteándolo, imperativamente.
- Cálmate Fernando, cálmate, por eso te llamo, para vernos. To invito a encontrarnos en el café
Tortoni. Mañana es sábado, a las nueve
en punto. Será un día primaveral. Por la mañana la Avenida de
Mayo es ¡ tan linda transitada por
carruajes¡… Con mesas afuera, en la vereda … allí te esperaré; y será un bonito día…
- Dejate de joder, Morlison....
- hasta mañana ¡Mansini¡ - le interrumpio Morlison - eso sí, te recomiendo que no
vengas en zapatillas ni de jean y menos con una remera, el teléfono lo tendrás que dejar, no existe ninguna "señal", y ni se te ocurra traer un
arma. Ponte una camisa blanca y un ambo
de color negro, o marrón, en esa época se usaba mucho el marrón, sí. Te estará
esperando en mi casa Doña Julia, ocho
treinta. Confía en Doña Julia ella te
dará todas las instrucciones necesarias para el viaje, luego Clarisa te acompañará hasta mí, es una
excelente navegadora.
-¿Me estás jodiendo?
- Cuando investigues un homicidio no descartes
ninguna posibilidad, Fernando. Hasta el pasado que viene, amigo, te espero.
Autor: Rubén Bassi
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