La venganza de Magdalena (fragmento)

-         -  Pare la música, escuchen todos. Debo deciros algo.

-        -   ¡Habla, Magdalena ¡que tu voz suena como de ángeles¡¡

-         -  Aquí van mis palabras dedicadas a mi Enriquillo¡¡

-         -     ¡Dilo ya, Guapa¡¡


Ay¡¡ gitanillo  malo¡¡,
Que de mí siempre abusaste,
En este mismo momento
En el que he parado el baile,
aquí arriba del tablao,
Quiero decirte en romance:

                    - Pero antes: ¡¡a ver, ¡
                     ¡anda, Pepillo tómate una caña y suena esa guitarra¡¡- 


Yo hacía entrar al Manolo
Cuando tú, de juerga estabas,
Esto ahora te lo cuento,
para que de aquí, te vallas.

Anda ríe, hiena tiesa,
Con esa risita falsa.
¡Como bobo te has quedado¡,
Al escuchar mis palabras ¡

-                                               ¡¡Calla perra¡¡ - grita Enriquillo- tirando la silla al levantarse
-                                               ¡que aquí nadie me calla¡- le contesta Magdalena .

Y seguiré recitando,
Delante de este auditorio:

Cuando de mi casa huía,
para evitar la locura
de Tu gozo al maltratarme,
Yo te hacía bien cornudo
A manera de vengarme.

cuando tú me castigaste
por aquella  sopa fría,
      (¿recuerdas?)
Me fui a un hotel con el Lolo
Y allí, le eché ¡cuatro polvos¡,
¡Gritando llena de gozo,
¡¡En tu nombre, vida mía¡¡.

- (¡¡Cosita de mi corazón¡¡)

Y quédate sentadito,
No te hagáis el gallo malo,
Que aquí están mis gavilanes,
Manolo, el lolo; ¡y el Mario¡
Que también me consoló,
Cuando estabas embriagado.

Cuenta ahora tu aventura,
Anda, diles, mal gitano¡,
¿no veis con cuanta sorpresa
¡¡Están todos esperando¡¡??

Aquí están todas tus mujeres,
¡Que te admiran y aman tanto¡;
Sentadas cómodamente,
Al lado de sus maridos,
Tan cornudos como tú,
El de los cuentos chinos.

(- vamos¡¡ - arengó magdalena - hagamos todos un brindis¡¡)

Que en esta noche de fiesta,
"Enrique Santos Verbena",
"el gitanillo valiente"; 
y ya sin más disimulos,
Te nombre de esta comarca
¡¡ rey de reyes, de cornudos¡¡



-          Enrique, compadre¡¡ Sal por el pozo que se te ha hecho en el piso¡¡ ja¡…
-          ¡Calla, estúpido imbécil¡¡, esto no quedará así ¡
-          ¡¡¡Pues creo que sí, Enriquillo, que esos cuernos, ¡¡no te los quitan ni la ostia¡¡¡

De mi cuento: El amor en el tablao.


Rubén Bassi.

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