palabras y sentimientos.



Uno describe lo que ve con palabras. Un parecer, un detalle de observación:

-       “El amanecer de este día es tan bello que asemeja al abrir de tus ojos cuando me miran”

 Lo que uno siente en la carne, dolor, placer: El pinchazo de un alfiler, un coscorrón, cosquillas, un orgasmo, la sensación eyaculatoria.

Ay¡ ahh¡ ay¡ la puta¡¡ uh¡ jajaja¡ ohhh¡

Es sencillo describir el sentir de lo físico, de la carne.  Pero con los sentimientos, ahí sí, las palabras faltan. Siempre faltan. No alcanzan las palabras para describir sentimientos; que van del amor al odio De la indiferencia al encanto.

“¡Eres, tan, pero tan hermosa¡¡ te amo tanto¡¡, ¡haces que mi corazón se lance en un galope desenfrenado de pasiones ardientes que se regocijan en el ludico pensamiento del culmine momento"

“¡te amo ¡déjame galopar contigo en las fértiles praderas de tu amor hacia mi¡¡”

¡Sabía que existías desde antes que dieras tu primer aliento en este universo¡¡¡

¡Ay mi amor¡¡ tú tienes mis palabras en tus pensamientos¡ vida mía¡¡

¡te odio ¡- solo sentir tu presencia mi estómago se retuerce al ritmo de pensamientos criminales inconfesables¡¡

“¡Nunca debí amarte¡Me arrepiento haber posado mi boca en tus labios plagados de mentiras y falsedades¡ ¡eres abyecto, burdo, cínico¡ Portas el estigma del innombrable¡ tú eres el mismísimo mal que se esparció sobre mí como una enfermedad abominable que laceró mi carne trémula sometida a tu lujuria pecaminosa de animal en celo sediento de hembras“

y cuando no alcanzan las palabras,  recurrimos como buenos animales, primates superiores que somos, a los gestos, las miradas. Pupilas dilatadas. Respiración entrecortada. El ahogo, por la risa o la congoja. Ese nudo en la garganta, el estómago electrizado, la angustia en el pecho,  las lágrimas.  A algunos humanos se nos paran los cabellos de la nuca, los pelos de los brazos; se nos eriza la piel. Los sentimientos nos aceleran el ritmo cardíaco. La circulación sanguínea nos sonrosa el rostro, provoca erección, flujo vaginal. “Ardor en las partes íntimas”. Calentura. Reacciones físicas y químicas, hormonales,  bioeléctricas. Sentires primarios secundarios y terciarios. 

Hasta en la locura el sentimiento aflora. Mientras la mente vive el sentimiento se manifiesta. Si fuera totalmente ateo diría que los sentimientos crearon el alma. Si fuera totalmente creyente diría que los sentimientos descubren al alma. Como agnóstico por temporada pienso que los sentimientos construyen un alma. Un domicilio, para ubicarlos.

los sentimientos mandan, ordenan, descalabran; alimentan, agreden. Estamos moldeados por los sentimientos. Sin sentimientos seriamos, algo. Los sentimientos nos conmueven, nos transforman. Somos seres sentimentales por antonomasia.  Homo sentimentalis por sobre todos los homos.
Nada escapa a la lógica del sentimiento en el universo humano. Nada es insensible, porque hasta lo insensible es una forma de sentimiento, perverso, por cierto.  Sentimientos encontrados entre uno con uno mismo, entre uno con o contra otro, entre nosotros contra nosotros, nosotros contra otros, entre otros contra otros. El sentimiento de amarnos, querernos, sentirnos uno, sentir al otro, sentirnos cercanos. Los sentimientos son volubles, concretos, obsesivos, beligerantes, amorosos, bestiales, abyectos, sublimes. Los sentimientos rigen el destino del hombre. Por eso somos casi impredecibles.

 Los sentimientos nacen adultos, no tienen niñez. Nos guían, nos manipulan, nos engañan, nos conmueven, nos paralizan. Los sentimientos son seres incorpóreos. Gnomos, hadas, elfos, duendes. Los sentimientos te explican con sentires la razón o sinrazón de la vida, la fe, Dios, el demonio, la ambición, la hipocresía; el bien, el mal, la propiedad privada, el colectivismo, la justicia, el egoísmo, la solidaridad. Se entienden con la conciencia y andan a las patadas con el yo. El yo los perturba, Los sentimientos son los encargados de declararte libre o encarcelarte en sus pasiones.  Nuestro libre albedrío es del tamaño del espacio que ocupan nuestros sentimientos.

  Ellos, los sentimientos, se ponen de acuerdo hasta para crearte nuevo, mejor; o para que te destruyas en un torbellino de resentimiento. No hay pensamiento que por sí solo pueda contra los sentimientos, nada puede ser escrito o dicho fuera de lo que ellos te indiquen. Ni siquiera en el silencio de la meditación puede estar fuera de sus designios, a lo sumo, logras con la meditación, pedirles que dejen de hacer barullo por un lapso y que te acompañen en la experiencia del reposo.  Los sentimientos nos salvan en alegría o nos condenan a sufrir múltiples tipos de males, depresiones. Salimos de un sentimiento y caemos en otro. 

El intelecto, sin palabras, se desespera ante los berrinches de los sentimientos.

Uno describe lo que ve con palabras. Es sencillo si conoces las palabras Pero con los sentimientos, ¡ah con ellos¡ las palabras siempre faltan. 

Los senimientos te dirán qué decir con impulsos, voluntad, pasiones; por eso debemos saber palabras e hilvanarlas, combinarlas, extrapolarlas, comprenderlas, descifrarlas. A todas, si fuera posible; saber qué significan en distintos momentos y circunstancias. Los sentimientos necesitan que incorporemos palabras pare decir, explicar, razonar, reflexionar. 

En sus preámbulos y discusiones asambleárias (Los sentimientos son asamblearios) Debaten entre ellos en cabildos, olimpos, cielos, infiernos, edenes, páramos, desiertos;  puestos a disposición por nuestra imaginación. Cual dioses, ángeles y demonios, deciden influir en las decisiones de nuestras vidas 

Si faltan las palabras, nos destruimos como humanos. Nuestros conductores, los sentimientos, se enojan, dominados por una de sus potestades más poderosas, la ira, de pocas palabras, del reino de los animales, puro sentir, sorda.

Te odio y… y… mierda…. Tarado…. Boludo… ehhh…. te odio y…. no sé¡¡ ¿qué mierda me pasa?¡¡ te mato, loco, te voy a cortar la cara¡¡ careta¡¡ …. Te mato hijo de puta¡¡

Los sentimientos ignorantes de palabras son como uno mismo cuando queremos manifestar injusticias y no podemos, e involucramos a todos en nuestro todo de problemas.

“Nos cagan porque… son caca…  eso, son todos mierdas…. son todos cagadores, todos todos todos todos todos todos¡¡… “

 Como cuando uno no sabe lo que significa lo que el otro nos dice. Como cuando a uno ya no le interesa explicar nada y nos encerramos en un silencio cargado de frustración.

“Te mato y chau”. ... 

“¿Qué me decís? No te entiendo ¡¡no te entiendo¡¡ mentís¡¡ dejá de hablar difícil no te entiendo¡¡¡

"Dejame, ¡¡¡no te entiendo, no te entiendo, no te entiendo¡¡¡¡¡"

El grito desesperado, rabioso. el grito del dolor. El grito de la alegría, de la furia.... el grito. La reacción que no nos da tiempo a nada más. El grito del ya no hay más nada que decir.

Para eso las palabras, para que no se subleven los sentimientos, pasionarios por naturaleza. Las palabras son la última frontera para intentar evitar ser dominados por el arma más letal y destructiva que ellos, los sentimientos, portan, la violencia.

Cierto es también que elocuentes palabras declararon guerras, exterminios; justificaron invasiones, asesinatos, engaños, mentiras… cierto. Como también es cierto que bellas palabras inspiraron las más hermosas acciones humanas.

Palabras y sentimientos justificarán todos tus actos, hasta los inconfesables. Con ello, dirás, hacia dentro y hacia  afuera de tu ser; con ellos podrás indicar e indicarte.

Saber palabras sirve para decir y tambien para escuchar.

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