Intento de suicidio con el mate.



La última vez que intentó matarse, quiso clavarse la bombilla del mate en el cerebro a través del  orificio de la nariz.  

Agarró  el mate con la mano derecha, por el asa, con dos dedos, pulgar e índice e introdujo el índice en el asa.  Ese mate tenía asa, no todos los mates tienen asa.  Dobla el dedo, el índice, por dentro del asa, precisamente,  utilizando el pulgar como sostén, para de esa manera aprisionar la parte de la uña del dedo índice, haciendo un candadito, a manera de improvisar,  como quien dice,  un gancho, como esos,  de los llaveros de los gauchos. Muy con cuidado arrimó la punta de la bombilla al orificio izquierdo de su nariz. Al principio le hizo cosquilla, cuestión que lo obligo a separar rápidamente el mate de su cara; y  con la mano izquierda, aprisionó su nariz apretándola y soltándola,  echando aire hacia afuera soltando moco, mientras cerraba los ojos; y apretando los parpados sacudía la cabeza hacia ambos lados.  Una de las  formas de rascarse esa parte tan particular del rostro, la nariz, es así. No hay muchas.  Metiéndose los dedos, por ejemplo; pero la mejor es esa, amasándose la nariz. 

Intentó nuevamente.  Esta vez, más concentrado,  miró  cómo se  metía la bombilla dentro de  la nariz.  Se puso bizco. Bizco no se parpadea.  Se arrimó  al borde de la mesa. Con precaución, apoyó en ella  el mate, con la bombilla un cuarto de su cánula metida en su nariz y su mirada, clavada en ella. Le hacía cosquilla, pero esta vez se la aguantó.  Midió el ángulo del sorbete metálico respecto al centro de su mollera,  de esa  manera,  supuso,  por la  posición,  que  al  hacer fuerza y dejar caer la cabeza  hacia abajo, se le metería la bombilla por detrás de las órbitas de los ojos;  y que por el propio peso de su cabeza y cuerpo, llegaría sin inconveniente, a perforar  la mismísima masa encefálica.

A la cuenta de tres,  se dijo. … -  una , dos  y…

-         ¡ Viejo¡ ¿terminaste con el mate?;  Hace como una hora que te lo cebé, ¡se me enfrió el agua, se me enfrió!. Ahora, poné la pava vos, yo estoy planchando. ¿Me oíste,  sordo?¿sabias que estás sordo?.. ¿o te hacés el boludo para hacerme rabiar¡? ¡¡viejo choto¡¡.

-         Si vieja, ¡ te oí. ¡ Te oí.¡ La puta madre ¡¡ Vos sos la que estás sorda ¡,  ¡ya voy!… ¡¿y dónde mierda están los fósforos?- ¡¡ vieja hija de remil putas- murmuró - ... ¿quedaron bizcochitos? ¡no hay un carajo en esta casa¡

- si, si¡ no hay un carajo¡ ¡eso. Si, eso¡¡. ¡Viejo choto¡.


ruben bassi

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