Más cercanos al 2100 que al 1900. ¡Vamos que seguimos !

Cosa rara este comienzo de siglo,  en camino de concluir su segunda década.
¿Nos quedamos sin estadistas?  ¿están  ocultos, pensando?; ¿en estado de meditación?.
No lo sé, pero por lo que se ve, se lee y se percibe, el pensamiento humano esta metido en un berengenal conceptual-temporal proclive al tratamiento del pasado como presente, tan incierto que ni siquiera cabe en cuentos de anticipación por lo intrincadamente inentendible. El "como antes" como epicentro de la discusión.
Solo los "tecnológicos"  y científicos tiene la palabra futuro en toda su dimensión a flor de labio,  los demás, la diatriba conceptual inestable de solo una porción de lo ulterior al  presente.
Una vez más (fuego-rueda-metal-combustible) en la historia de la humanidad, la tecnología irrumpe como elefante en un bazar en la vida de las personas; como que por primera vez; y esto es colosal,  hay un crecimiento sin precedentes en su historia:  la friolera de  la aparición de dos mil quinientos millones  de personas; de humanos, gente, equivalente a la misma cantidad de población existente en 1950  y que además, como nunca antes,  se incorporan al presente millones de personas por día al uso de bienes servicios y al consumo estable de dos mil  calorías diarias equilibradas de proteínas e hidratos de alimentos (los adultos).
Fantástica situación vivimos en este presente, un enorme éxito como especie, teniendo en cuenta que durante tres siglos mas o menos, del XVIII al XX se mataron, asesinaron y desaparecieron mas de docientos millones de personas en guerras y conflagraciones y otras tantos cientos de millones sucumbieron por  enfermedades, pestes,  hambre  y miseria.
Hoy el google heart nos muestra cada punto de presencia  urbana humana en el planeta, incluido el pequeño techo de nuestra propia casa. Sabemos entonces,  dónde están y estamos, todos, hasta explicitamente los que siguen en la miseria y  el hambre,  entre enfermedades y pestes. Sabemos tambien, a ciencia cierta, del leviatán llamado calentamiento global .
Vemos las Vegas, Bangladesh, Bombay, París, la villa 31 y Recoleta; los asentamientos de los Quom y los barrios de Resistencia.
Vemos en programas (vía Internet o televisión)  aventuras y excursiones organizadas por  las propias sociedades entre personas viviendo entre ríos de mierda y toneladas de basura (recuerdo de Camus) a felices turistas fotografiando el milenario conocimiento de la filosofía y el  "saber", entre un  desopilante y demencial desequilibrio social-cultural, incluido el consumo de hongos y otras hierbas.

Vemos todo, sabemos y conocemos la realidad,  como en ninguna otra etapa que la humanidad conoció.
Cuando leí los caminos a Catmandú hace ya cuarenta años pensé que la droga solo sería una ruleta rusa par algunos pocos "pichicateros". Error, hoy es una pandemia que provoca millones de muertes anuales y un desequilibrio económico en países emergentes .  Por aquellos años, década del 70, Tenía en mente, mejor dicho, pusieron en mi mente los exegetas de las ideologías,  que la tercera guerra mundial era inminente, Error . Que el petróleo se acabaría en el 2020. Loquísimo.  Que los alimentos no alcanzarían siquiera para la mitad de la población del mundo, que China invadiría  al mundo militarmente  para buscar comida; que andaríamos por la luna en automóviles voladores en el 2010. Así y otras cuestiones apocalípticas casi interminables.Vimos cientos de cometas Halley, que digo, miles surcando  los cielos de la ignorancia humana.

Llegamos a la frontera conocida por el hombre luchador  del siglo pasado cautivados  por la idea de acceder al poder por  la voluntad del pueblo y convertirnos en un Cristo repartidor de pan y peces mediante recetas económicas acertadas; sin tener muy en cuenta, que la evolución humana esta en marcha desde el principio de los tiempos  hacia un hombre solidario por naturaleza, que convivirá entre sí, y se gobernará bajo preceptos totalmente opuestos a la acumulación de riqueza y opulencia que hoy conocemos;   algún día, lejano aún. Es hermosamente inevitable, por mas que que se quiera encajetar esta lógica en la mediocre dinámica militante de la ideología.

Para escribir el 2100 se necesitan hombres que dejen de buscar ejemplos en el universo de las cosas que llevaron a degollarnos a escala monumental  hace apenas 100 años por la simple posesión de un líquido negro y pegajoso; o   un pedazo de papel homogéneamente cortado y  pintado con números inscriptos;  o un trozo de metal molecularmente inalterable de color amarillento; o por tratar de borrar de la faz de la tierra a humanos de una raza determinada por el color de su piel, su ordenamiento social o su creencia religiosa.

Si Toda la urbanización de las calles a partir de Roma se hizo basada en el ancho del culo de un caballo, espero con esperanza que la próxima proyección de la civilización humana para marchar hacia  el bien común,  se haga utilizando el parámetro  del  tamaño de las ideas y los sueños para construir una sociedad mejor.

Comentarios

Entradas populares